8 de diciembre de 2024

Cinco paisajes fascinantes de Argentina que pocos conocen


Un extenso mar de rocas blancas; el desierto rojo que más se parece a Marte; un bosque petrificado de 65 millones de años…

Junto con altas cascadas y profundos pozos de agua, estos paisajes fascinantes se encuentran en Argentina y son destinos que no suelen ser incluidos en los circuitos turísticos tradicionales, a pesar de encontrarse algo aislados pero a distancias accesibles de otros lugares muy visitados.

Tanto en el norte como en el sur del país, a continuación, cinco postales imperdibles para tener en cuenta y planificar la visita en un futuro viaje.

1) Salto del Agrio, Neuquén

Más allá de contemplar los colores -que surgen de la concentración de hierro y azufre-, al llegar al Salto del Agrio hay que escuchar: sin apuro, lo mejor es dejarse llevar por la melodía que produce el agua al caer.

Esta imponente cascada de 45 metros de alto se encuentra en el norte de Neuquén, enmarcada en un amplio cañón que se formó por la histórica actividad volcánica y glaciárica de la zona.

A 18 km al noreste de Caviahue, dentro del Parque Provincial Copahue, se pueden contemplar las paredes del cañadón teñidas en tonalidades ocre, anaranjado y amarillo: son la evidencia de los minerales que contiene el agua proveniente del río Agrio.

El increíble entorno natural del Salto del Agrio, en Neuquén. Foto ShutterstockEl increíble entorno natural del Salto del Agrio, en Neuquén. Foto Shutterstock

Al pie de la Cordillera de los Andes se divisa el volcán Copahue, activo y siempre humeante, y es el responsable de los recursos y propiedades de las Termas de Copahue. Son las únicas termas en el mundo que reúnen en un mismo lugar una innumerable cantidad de recursos minerales naturales, como aguas, fangos, vapores y algas.

¿Cuál es el origen del salto? El río Agrio nace en las alturas del volcán Copahue y desciende por sus laderas, hasta que en un punto del recorrido llega a un desnivel de 45 metros con el fondo multicolor: ese es el Salto del Agrio, la cascada que impacta tanto por la altura como por los colores.

Si bien se puede ir hasta el lugar en auto, también se organizan excursiones con agencias de viajes desde Caviahue, que durante el invierno se convierte en un centro de esquí.

El Salto del Agrio, en Neuquén. Foto ShutterstockEl Salto del Agrio, en Neuquén. Foto Shutterstock

A su vez, en los meses de frío hay que consultar en la Oficina de Informes Turísticos el estado de la ruta. Mientras que en el complejo termal de Copahue los visitantes se bañan rodeados por la nieve, en el Salto del Agrio los colores contrastan aún más entre el manto blanco.

Se recomienda visitar el lugar por la mañana, ya que se aprecia mejor su diversidad de colores. Y por seguridad de los visitantes, no se debe bajar ni acercarse a los desfiladeros y precipicios.

El nivel de dificultad de la experiencia para ir al mirador por un sendero de 1,5 km es fácil y la duración es de 30 minutos.

2) Pozo de las Ánimas, Mendoza

A 67 km de la ciudad de Malargüe, cerca de Las Leñas por la ruta 222, en este lugar se pueden observar dos dolinas (un tipo de depresión geológica) que fueron erosionadas por los ríos subterráneos, originando enormes espejos de agua de color verde-azulado.

En invierno, una postal del Pozo de las Ánimas con nieve, en Mendoza. Foto ShutterstockEn invierno, una postal del Pozo de las Ánimas con nieve, en Mendoza. Foto Shutterstock

Conformado por dos depresiones que están divididas por una estrecha separación, se cree que en el futuro el Pozo de las Ánimas tendrá ambos pozos unidos, formando uno solo gracias al proceso de la erosión.

Los pozos tienen unos 200 metros de diámetro, 80 metros de profundidad hasta el lago y otros 20 metros de profundidad por debajo del agua. Estas mediciones fueron realizadas en 1981 por un equipo de científicos dirigido por Rodolfo Rogelio Rocha.

Es un fenómeno natural que fue catalogado como “una dolina originada por la transformación de los depósitos subterráneos de terrenos blandos, tales como el yeso”.

El Pozo de las Ánimas, en Mendoza. Foto ShutterstockEl Pozo de las Ánimas, en Mendoza. Foto Shutterstock

Por el efecto de las filtraciones de las napas freáticas subterráneas se produce una disolución del suelo provocando derrumbes y depresiones en el terreno, conformando estos grandes pozos de forma cónica en la superficie.

Emplazado sobre la Cordillera de los Andes, a una altura de más de 2.000 metros sobre el nivel del mar, algunos lo llaman Trolope-Co (en lengua mapuche, agua del gritadero), ya que su nombre es protagonista de varias leyendas que los pobladores rurales han transmitido de generación en generación.

Según ese relato, los habitantes de un pueblo estaban huyendo en la zona, perseguidos por un grupo rival, cuando creyeron que sus perseguidores habían desaparecido. Pronto se dieron cuenta que el grupo había quedado atrapado en un extraño pozo de agua, por lo que comenzaron a venerarlo como el lugar en “donde lloran las ánimas”.

La entrada es libre y gratuita, y hay carteles informativos donde se explican detalladamente los procesos de formación. Gracias a su cercanía con la ruta 222, el Pozo es un atractivo turístico de fácil acceso.

Malargüe es un destino ideal para los amantes del turismo aventura porque tiene opciones de cabalgatas, rafting, trekking, exploración de cavernas, safaris fotográficos y pesca.

Si bien la mayoría de esas actividades se disfruta en verano, el Pozo de las Ánimas se encuentra cerca del complejo Las Leñas, uno de los mejores del país para la práctica de esquí y snowboard. Cuando hay nieve, este lugar ofrece un paisaje espectacular también y muy diferente a los colores que tiene en los meses de calor.

3) Campo de Piedra Pómez, Catamarca

Parecen olas de un mar petrificado, de roca blanca con crestas rosadas, a más de 3 mil metros de altura y talladas por los vientos que descienden de los Andes creando corredores y esculturas fascinantes.

Como un gran desierto lunar, el Campo de Piedra Pómez se destaca en Catamarca por sus espectaculares formaciones como consecuencia de la actividad volcánica. Y su nombre describe el paisaje infinito de piedra, que adquirió la morfología actual después de miles de años de erosión.

Pocos conocen el Campo de Piedra Pómez, en Catamarca. Foto ShutterstockPocos conocen el Campo de Piedra Pómez, en Catamarca. Foto Shutterstock

Como se encuentra en la Puna catamarqueña, el lugar se caracteriza por la aridez del suelo, la gran amplitud térmica diaria, muy escasas precipitaciones, baja presión atmosférica y baja dilución de oxígeno en el aire.

La población más cercana es la pequeña localidad de El Peñón, a 35 km, desde donde los visitantes tienen el acceso principal para hacer recorridos en 4×4 con guías o contratando excursiones.

Un poco más distante, a 63 km hacia el norte, la localidad cabecera del departamento es Antofagasta de la Sierra, el lugar donde se suele hacer base para para descubrir los atractivos que ofrece la Puna, sus volcanes, salares, lagunas y el inmenso Campo de Piedra Pómez.

En una geografía milenaria, los paisajes cambian según hora del día, desde los campos de lava negra petrificada y los sitios arqueológicos hasta los salares del Hombre Muerto y de Antofalla.

En el caso del Campo de Piedra Pómez, se trata de un Área Natural Protegida Provincial de 75.000 hectáreas, creada en 2012.

El increíble Campo de Piedra Pómez, en Catamarca. Foto ShutterstockEl increíble Campo de Piedra Pómez, en Catamarca. Foto Shutterstock

Aunque se puede visitar todo el año, la mejor época es de septiembre a noviembre y de marzo a abril.

Las excursiones toman medio día o día completo, con ciertas recomendaciones y cuidados por las alturas alcanzadas. Por ejemplo, hay que consultar las condiciones meteorológicas del día, ingresar hasta las 15, llevar abrigo y protección social en cualquier época del año, circular solo por las huellas y caminos delimitados, guardar los residuos en una bolsita y no llevarse nada del sitio.

Para los argentinos, la entrada cuesta $ 5.000.

4) Bosque Petrificado Sarmiento, Chubut

Viajar al sur de Chubut nos transporta a un pasado bien lejano, en un entorno que parece sacado de una novela de ciencia ficción.

En el sur de Chubut, el bosque petrificado,En el sur de Chubut, el bosque petrificado,

Incontables troncos, árboles, ramas, hojas, astillas, e incluso semillas de especies que se alzaban a más de 100 metros, ahora están transformados en piedras. Pasaron -nada más ni nada menos- 65 millones de años, cuando la Patagonia era un bosque húmedo y pantanoso.

A 156 km al oeste de Comodoro Rivadavia y a 28 km al sur de Sarmiento, el Bosque Petrificado impacta profundamente a los visitantes porque, aunque pocos lo saben, es el más grande del mundo.

Esta Área Natural Protegida fue creada en 1970 para proteger una de las mayores acumulaciones de madera petrificada de la Patagonia, con una extensión de 1.832 hectáreas.

En el bosque de Sarmiento se ven claramente las franjas de colores de los cerros, que indican distintos períodos geológicos.En el bosque de Sarmiento se ven claramente las franjas de colores de los cerros, que indican distintos períodos geológicos.

A su vez, en 2001 se le dio la categoría de Monumento Natural, en medio de un paisaje compuesto por el suelo de arena y arcilla, cenizas volcánicas, cantos rodados y rocas basálticas.

Al fondo, el Cerro Abigarrado, que contrasta con la diversidad de colores de los troncos petrificados que datan de hace 65 millones de años y formaban parte del antiguo bosque que cubría lo que hoy es la estepa, y fueron depositados allí por ríos y arroyos que descendían de las montañas.

El recorrido ofrece varios miradores desde donde se puede apreciar la magnitud. En tonos marrones, rojos y amarillos, en el circuito hay millares de ramas, troncos de distintos tamaños y otros restos fósiles de vegetales.

El área cuenta con un Centro de Visitantes y un sendero natural de 2400 metros (ida y vuelta), donde se pueden observar vestigios de flora y fauna de los períodos Mesozoico (Cretácico, Cenozoico), Terciario Inferior y Cuaternario.

El bosque está en un área protegida.El bosque está en un área protegida.

Diversos miradores permiten disfrutar de la belleza panorámica, así como de sus formaciones rocosas, erosiones con formas exóticas, montañas y volcanes.

Actualmente, es el hogar de una rica variedad de flora, aves y mamíferos. Entre otras especies, se destacan el choique, águila mora, carancho, halcón, guanaco, zorro gris, piche patagónico, gato montés y puma.

5) Desierto del Diablo, Salta

Dicen que la Puna del norte argentino es el ambiente más parecido a Marte que tenemos en el planeta Tierra, por su suelo colorado, su aridez extrema y los extraños picos de montañas en los mismos tonos.

Como un paisaje marciano, el Desierto del Diablo, en la provincia de Salta. Foto ShutterstockComo un paisaje marciano, el Desierto del Diablo, en la provincia de Salta. Foto Shutterstock

El Desierto del Diablo se encuentra en la provincia de Salta, a 30 km de Tolar Grande.

Al estar aislado, se aconseja ir en 4×4 con un guía o con alguien experto en estos terrenos. Son unas nueve horas desde la capital salteña por la ruta 51 y, luego de pasar por localidades como Campo Quijano y Santa Rosa de Tastil, se llega a San Antonio de los Cobres, la última ciudad con servicios antes de adentrarse en la Puna.

El gran Desierto del Diablo, en la provincia de Salta. Foto ShutterstockEl gran Desierto del Diablo, en la provincia de Salta. Foto Shutterstock

Desde allí, se avanza hasta la ruta provincial 27 y se pasa por el Salar de Pocitos, hasta que aparece un cordón montañoso rojizo que anuncia el Desierto del Diablo.

El camino tiene tramos zigzagueantes entre las dunas fósiles, picos de arcilla y cristales de yeso.

Se trata de un lugar remoto que está a 3.500 metros de altura, con curvas cerradas y pendientes pronunciadas. Por eso, hay que evitar viajar de noche y calcular el combustible para dormir en Tolar Grande, después de atravesar este desierto único e inolvidable.



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