En tiempos donde comprar productos para realizar diversas tareas del hogar suele ser cada vez más costoso existen alternativas sumamente económicas para renovar distintos elementos al menor precio. Uno de esos casos es con el vinagre y el bicarbonato de sodio para la madera.
En el caso de que se busque blanquear la madera para trabajarla o apuntar a un estilo vintage o rústico para la casa, el vinagre y el bicarbonato de sodio son una opción para lograr ese resultado. Por otro lado, puede utilizarse (por ejemplo con las puertas) como producto de limpieza.
No obstante, en este último caso, es importante tener en cuenta en qué acabado de madera se trabaja: no es lo mismo una madera natural (no es aconsejable usar vinagre) que una madera tratada con productos como barniz, laca o similar. Lo importante es que conserven la textura, el brillo y el color original.
Para el simple caso del blanqueamiento, normalmente, este tipo de procesos requieren el uso de productos químicos que si bien lograrán el resultado resultarán mucho más costosos. ¿Cómo usar vinagre y bicarbonato de sodio?
Cómo blanquear la madera con bicarbonato y vinagre
El bicarbonato es un elemento muy útil al momento de aclarar la madera. Para eso, hay que colocar un poco de bicarbonato en una esponja húmeda, frotando la superficie suavemente. Luego, hay limpiar y secar la zona con un trapo limpio.
Por su parte el vinagre, elimina eficazmente las manchas de la madera, y le devuelve al material su brillo natural. Para aplicarlo, hay que mezclar a partes iguales vinagre blanco y agua caliente, mojar un paño limpio y suave en esta mezcla, y frotar circularmente sobre el área manchada. Posteriormente, es importante lograr un buen secado
De todas maneras, no es el único procedimiento «casero» para el blanqueamiento de la madera. En ese sentido, el jugo de limón puede ser otra muy buena opción.
Para usarlo se debe mezclar un poco de jugo de limón con aceite vegetal, luego humedecer una esponja de acero en la mezcla y frotar con fuerza la superficie. Finalmente, dejarlo reposar por 15 minutos y luego retirar el exceso de limón con un trapo seco.
Otra alternativa conocida es el cloro, también conocido como lejía. Es el blanqueador más fácil y económico de encontrar. in embargo, debe tenerse cuidado cuando se va a usar ya que la madera puede llegar a tornarse de color amarillento. Por lo tanto, debe usarse cloro con una concentración del 12%.
Lo recomendable es diluirlo en agua. Se aconseja aplicarlo sobre la superficie con una brocha, y esperar unas horas hasta verificar que está aclarando la madera. Esta operación debe repetirse las veces que sea conveniente, hasta obtener el blanqueamiento requerido. Para finalizar el procedimiento, se limpia la superficie mezclando una parte de vinagre por dos partes de agua.
Por último, otro método casero es el agua oxigenada. Para potenciar su capacidad blanqueadora, se recomienda mezclarla con amoniaco (en proporción de 95% y 5% respectivamente), o bicarbonato de sodio mientras esté caliente. Estos son los pasos a seguir:
- Aplicar el agua oxigenada con un trapo sobre la superficie, previamente limpia y lijada.
- Frotar con fuerza y dejar secar.
- Repetir el procedimiento dos o tres horas después de haberse aplicado la solución.
- Limpiar la superficie con un trapo mojado en alcohol.
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