Alyssa Leach y su marido visitaron Walt Disney World en Orlando, Florida (Estados Unidos), todos los años desde 2015. Para ellos, el parque temático es como un oasis donde pueden escapar del estrés de la vida cotidiana.
Por eso, cuando nació su hijo Lincoln en 2020, Leach quiso que su primera visita al parque fuera especial y no escatimó en gastos a la hora de planificarla. Reservó un viaje de dos semanas para visitar Florida en diciembre de 2022, que incluía estadías en Disney World y Universal Studios.
Los gastos se acumularon rápidamente. Leach y su familia viajaron desde New Haven, Connecticut, y pagaron un extra por la entrada a «Mickey’s Very Merry Christmas Party» (La Fiesta de Navidad de Mickey), un evento fuera de horario que costaba unos 200 dólares por persona. También desembolsó 100 dólares por el servicio fotográfico del parque para poder descargar las fotos de la familia que los fotógrafos tomaron durante la visita.
Las vacaciones costaron unos 6.000 dólares, que incluyeron el alojamiento, las entradas y el alquiler de un auto, y que Leach cargó a su tarjeta de crédito de la marca Disney.
Leach es uno de los muchos padres que se endeudaron para pasar unas vacaciones familiares en Disney.
En junio pasado, la empresa financiera LendingTree publicó los resultados de una encuesta realizada a más de 2.000 personas, según la cual el 45% de los padres con hijos menores de 18 años que fueron a Disney se endeudaron para el viaje.
Para una familia de cuatro integrantes, el costo de un viaje de una semana a Disney puede oscilar entre los 6.463 y 15.559 dólares, sin incluir vuelos ni recuerdos, según un análisis de NerdWallet, un sitio de finanzas personales.
Muchas familias no pueden permitirse el viaje. Hace unas semanas, Disney informó acerca de un descenso de la demanda en sus parques temáticos, debido a que las familias, tras años de sufrir una elevada inflación, tienen menos dinero para gastar en diversión.
Pero Leach, de 38 años, que trabaja en ventas, depende de las primas trimestrales para cubrir los gastos de las vacaciones. Ella y su marido ganan juntos unos 250.000 dólares anuales, aunque esa cifra puede fluctuar cada año. Su familia no siempre tiene dinero para pagar las vacaciones por adelantado. En lugar de eso, primero hace las reservas y luego va pagando los saldos a medida que recibe los bonos.
Para el viaje de 2022, Leach pagó el mínimo de su tarjeta de crédito durante dos meses, acumulando unos 382 dólares en intereses antes de poder liquidar el saldo.
Un destino aspiracional para la mayoría de los viajeros
Las historias de Disney, y los personajes que las pueblan, están profundamente arraigadas en la cultura pop estadounidense, y muchas familias consideran que un viaje a los parques temáticos de Disney es un rito de iniciación.
El parque temático Magic Kingdom de Disney World es el mayor parque de atracciones del mundo por número de visitantes, con más de 17,1 millones en 2022, según un informe de la consultora de infraestructuras AECOM. El segundo más grande es Disneyland en California, que atrajo a más de 16,8 millones de visitantes en el mismo año.
Leach dijo que no se arrepentía de haber llevado a su hijo de 18 meses a su primer viaje a Disney.
«Ganaré más dinero», afirma. «Pero nunca volverá a ser tan pequeño». Hoy, la familia vive en Tampa, Florida, y cada miembro tiene un pase anual para Disney World.
«Disney conlleva un nivel de nostalgia para la gente», dice Rachel Cruze, que presenta un podcast de finanzas personales y escribió un libro del mismo tema junto con su padre, Dave Ramsey, dirigido a los padres.
«Es la infancia de mucha gente. Cuando se puede ir a un lugar singular y tener tantos de esos recuerdos y esos personajes cobran vida, se produce un nivel de alegría».
Gastar más de lo que se tiene
Sin embargo, según Cruze, la presión por visitar los parques temáticos de Disney e ir a por todo en lo que puede ser un viaje único en la vida puede llevar a las familias a gastar por encima de sus posibilidades. A menudo, los visitantes se enfrentan a un shock de precios cuando llegan al parque.
Para Johnny Esfeller, de Helena (Alabama), Disney fue una parte fundamental de su infancia. Cuando se convirtió en padre, quiso que su hija experimentara el mismo amor por el parque temático y sus personajes.
Esfeller, de 41 años, que trabaja en relaciones públicas y marketing, se enorgullece de ajustarse a sus presupuestos. Por eso, cuando llevó a su mujer y a su hija, que entonces tenía 4 años, a Disney World en febrero de 2022, se sorprendió al encontrarse endeudado tras el viaje.
«Disney nunca fueron vacaciones baratas», dijo. «Eso es así probablemente desde que Walt abrió el parque en los años 50». Había presupuestado unos 6.000 dólares para el viaje, pero se excedió en 2.500 dólares.
Esfeller y su esposa trabajan a tiempo completo y se describen a sí mismos como de clase media alta. Juntos pudieron saldar la deuda del viaje en pocos meses. Sin embargo, el viaje perdura en su memoria como un cuento con moraleja.
Tanto él como su esposa se consideran a sí mismos turistas experimentados de Disney, pero los numerosos cambios de precios los tomaron desprevenidos.
El más importante fue el sistema de evitar filas del parque. Durante años, Disney ofreció a los visitantes el FastPass, un servicio gratuito que les permitía disponer de una franja horaria reservada para subir a una atracción sin tener que esperar en filas largas y tortuosas. El parque lo sustituyó por una versión paga en otoño de 2021. El costo del FastPass puede variar en función de la atracción, el parque temático y la época del año.
El servicio le costaba a la familia de Esfeller 15 dólares por persona y por día. «Al final del viaje, eran varios cientos de dólares con los que no contaba», dijo.
Pero, según Esfeller, pagar más por la nueva versión paga del servicio de evitar filas no era una elección.
«Estás ahí, no sabes cuándo vas a volver, y decís: ‘Bueno, no queda otra. Ya nos preocuparemos del costo más adelante», explica. «No quería que mi hija se perdiera nada».
Otro ejemplo de lo que Esfeller describió como limosnas de su experiencia tuvo que ver con el transporte dentro del parque.
Anteriormente, Disney ofrecía un servicio de transporte denominado Minnie Van y operado por Lyft. Al principio, la empresa cobraba una tarifa plana de 25 dólares por transportar a las familias entre dos lugares del complejo. En el momento en que Esfeller y su familia fueron de vacaciones en 2022, ya funcionaba con un modelo de sobretarifa.
Durante su viaje, también desaparecieron los planes de gastronomía con prepago, que permitían a las familias presupuestar un pago fijo por un número determinado de comidas (Disney recuperó sus planes de gastronomía en 2024 debido a la demanda).
Un portavoz de Disney dijo que la compañía ofrecía opciones de vacaciones a múltiples precios, que incluían hoteles, entradas a los parques, transporte y merchandising. El portavoz dijo que el modelo de precios del FastPass era estándar en la industria, y que uno de los beneficios de los precios variables era el menor costo de las atracciones y parques que tenían menos demanda.
Cruze aconseja a las familias no endeudarse para las vacaciones. Afirma que cada vez más familias deberían plantearse viajes menos caros, como ir a parques nacionales. Aunque unas vacaciones en Disney pueden parecer una escapada de la realidad, las familias acaban volviendo a la vida cotidiana.
«Si no tenés dinero y lo cargás, esas vacaciones te siguen a casa durante los meses siguientes», afirma Cruze.
Insta a la gente a que, antes de reservar unas vacaciones, espere a tener una buena cantidad de ahorros, incluso para emergencias.
Ahora… o quién sabe cuándo
Pero eso no funciona para todas las familias. Rebecca Mitchell solía endeudarse mucho con las tarjetas de crédito para pagar sus viajes y los de su hijo a Disney, que ahora está en la universidad, a Disney. Como madre soltera que vivía en Iowa, Mitchell, de 48 años, hizo trabajos administrativos para una empresa que vendía material de fabricación, ganando 15 dólares la hora.
Por aquel entonces, no creía que ahorrar y hacer un presupuesto pudieran hacer ayudarla mucho. Cada vez que conseguía ahorrar algo de dinero, una emergencia financiera se lo llevaba.
«Si hubiera esperado a tener el dinero, no sé si lo habría hecho», dice Mitchell sobre los viajes a Disney.
Llevó por primera vez a su hijo a Disney World en 2008, y volvieron al parque temático con regularidad. Su estrategia siempre consistió en reservar el viaje y luego resolverlo sobre la marcha.
Calcula que los viajes con su hijo suelen costar 2.500 dólares.
Al reservar unas vacaciones en Disney, las familias deben hacer un depósito mínimo de 200 dólares para las entradas y el alojamiento.
Mitchell pagaba el depósito mínimo y luego hacía pagos adicionales cuando y como podía en las semanas previas al viaje. Cuando llegaba el momento de partir, cargaba el saldo restante a su tarjeta de crédito y solía saldar la deuda en seis meses.
Mitchell dice que no se arrepiente de haber contraído la deuda. «Yo era joven, mi hijo era joven, sólo teníamos ese tiempo», dijo. «Especialmente cuando los niños crecen, los recuerdos son todo”.
Jessica Fu / The New York Times. Especial para Clarín
Traducción: Patricia Sar
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