La diatriba de Javier Milei en Córdoba contra Raúl Alfonsín, al que acusó de golpista, sorprendió a referentes importantes del Gobierno. En la jefatura de Gabinete ya trabajaban en los preparativos para concretar una reunión entre el jefe de Estado y los gobernadores radicales, el siguiente paso en la ronda de consultas de cara al Presupuesto y para mostrar gobernabilidad que se inició con los mandatarios provinciales del norte en Olivos y con los del PRO y aliados en la Casa Rosada.
Los mandatarios radicales salieron a contestarle a Milei por turnos. El último fue el mendocino Alfredo Cornejo, el más cercano al libertario, que lo postulaba a la presidencia del Consejo de Mayo, que sigue sin arrancar y sin que los empresarios, sindicalistas, diputados y senadores elijan a sus representantes. «Cambiar la historia es como quiere hacer el kirchnerismo muchas veces«, se lamentó el cacique radical, que conoce de lo que habla, porque fue el ariete de la transversalidad que encabezó Julio Cobos.
El santafesino Maximiliano Pullaro hizo a un lado su retrato con el patriarca radical, dejó abierto su frente electoral de cara a 2025 y elogió la capacidad política de Milei aun con matices. «Milei tiene más triunfos políticos que económicos (…) Es más fácil la relación política con este gobierno que con otros«, le dijo a Cadena 3.
El mandatario entrerriano Rogelio Frigerio tampoco descarta una sociedad electoral con LLA a nivel local. Curiosamente, Karina Milei y Martín Menem visitaban este fin de semana ambos distritos en medio de la gira posterior al lanzamiento del partido oficialista a nivel nacional que la hermana del jefe de Estado preside.
En Corrientes, donde Gustavo Valdés se prepara para su último año de mandato (y para intentar ungir a su sucesor) también son comprensivos con la Casa Rosada, aunque semanas atrás se lamentaban porque el desfile permanente de gobernadores no los incluía. «No es momento de ir al choque«, razonaban.
El rebote de la imagen del Presidente -que llegó a la Casa Rosada por el voto masivo en 16 provincias- es uno de los argumentos que explica la paciencia. El otro es el Presupuesto que se discute por estas horas.
Casi a la misma hora, el ministerio de Economía y el vicejefe de Gabinete Lisandro Catalán -que amaga con levantar el perfil- acordaron la creación del Plan de Extinción de Obligaciones Recíprocas, que podría servir para que la Nación salde deudas con las provincias y canjee rutas, tierras, obras y empresas públicas por los pasivos que los distritos tienen con la Nación.
Según cuentan algunos de los mandatarios provinciales interesados, se trató de un pedido original del chubutense Ignacio Torres, del PRO, y del propio Pullaro, en reuniones separadas, un detalle que no quieren confirmar en la Casa Gris, el palacio de gobierno santafesino. Sobre la mesa está la deuda gigantesca de la Nación con 13 provincias que no transfirieron sus cajas jubilatorias -judicializada en la Corte Suprema- y hasta la tutela de presos por narcotráfico sin lugar en las cárceles federales.
La mayoría de los gobernadores miran con cautela y desconfianza el decreto del Gobierno hasta que se concreten ofertas. «En el neto no sé cómo saldremos. En algunos casos es positivo. Veo una maniobra encubierta también para dilatar aún más la negociación por el Presupuesto«, dicen en el entorno de un gobernador.
Otros mandatarios provinciales temen que el Gobierno haya encontrado un asterisco en las cuentas de las provincias, muchas de las cuales se sienten en inferioridad de condiciones, porque tienen como garantía las transferencias de coparticipación que reciben. En otras palabras, la Nación siempre cobra.
El Gobierno tuvo que abortar su idea de limitar obras para ponerle un broche a la negociación por los fondos universitarios. También, por ahora, dilató sus planes de cubrir la brecha que reclaman las casas de estudio con parte de los fondos que hoy financian a los partidos políticos o hasta la eliminación de las PASO. Pudo más el enojo del PRO, donde habitan la mayoría de los más de «80 héroes» -en palabras de Milei- que blindaron los vetos presidenciales.
Un mensaje a la Corte Suprema
En algunas provincias creen que la estrategia de establecer una mesa política para negociar las deudas cruzadas con las provincias es antes que nada un mensaje para la Corte Suprema, que tenía previsto convocar antes de fin de año a una audiencia por las cajas previsionales.
El Gobierno quiere apurar el envío de los pliegos de los 150 jueces y camaristas para llenar vacantes en los juzgados federales de todo el país, un detalle que importa y moviliza a los gobernadores. La idea representa un giro copernicano para la estrategia del Ejecutivo de no mover una ficha hasta que se aprueben los pliegos de sus dos candidatos para la Corte Suprema.
Los gobernadores patagónicos esperaban su turno para replicar la postal que ya dejaron los 9 gobernadores que se reunieron con Milei la semana pasada. En la Rosada esperaban que los radicales fueran los próximos, aunque nadie recibió un llamado. Los gobernadores del sur fueron fundamentales para dejar afuera del grupo de empresas privatizables de la Ley Bases a Aerolíneas Argentinas. Ahora quieren garantizarse las rutas.
En Neuquén se celebrará esta semana una marcha universitaria que congregará estudiantes, docentes y sindicatos de toda la región y que seguirá por otras regiones del país. El riesgo de no clausurar ese conflicto, como proponen los interlocutores del PRO con los rectores, es incierto.
Algunas de las piezas clave de Karina Milei en el armado partidario llevan consigo un mapa del país pintado con los gobernadores que hicieron los deberes y quisieron adherir al RIGI, un detalle que, en rigor, no es obligatorio, porque se trata de una ley nacional.
La imagen es una postal política de la oposición más dura en las provincias; del peronismo y sus aliados, que aparecen pintados en rojo: Formosa, La Rioja, La Pampa, Tierra del Fuego, Santiago del Estero y Buenos Aires, aunque el santiagueño Gerardo Zamora haya dado varias pruebas del pragmatismo con el que ordena a sus legisladores en el Congreso.
Se une a ese lote la Ciudad de Buenos Aires, la tierra santa del PRO. Se explica como parte de los cortocircuitos entre ambas administraciones y entre las negociaciones electorales, de lugares y de poder entre los delegados Macri y Milei.
«Somos una oposición razonable y constructiva, pero no somos oficialismo (…), en la Legislatura hay miembros de LLA que buscan su posicionamiento. Me resultaría más cómodo y más coherente que haya una relación más fácil porque debería ser casi en espejo a lo que ocurre en el Congreso«, se lamentó el jefe de Gobierno en una entrevista con La Nación, en un alto de su gira por Madrid, en la que también sinceró su voluntad de modificar la Constitución porteña.
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