El punto G o punto Gräfenberg es un sitio anatómico de la vagina, bautizado así en honor al doctor Ernst Gräfenberg, médico alemán que lo describió por primera vez en la década del 50 en un artículo en la Revista Internacional de Sexología.
En dicho artículo, Gräfenberg discutía la existencia de una zona altamente sensible en la pared anterior de la vagina, que podía ser una fuente significativa de placer sexual para las mujeres.
El término «punto G» fue popularizado muchos años después por la sexóloga estadounidense Beverly Whipple y sus colegas, cuando realizaron más investigaciones sobre esta área y publicaron sus hallazgos en el libro «The G Spot and Other Recent Discoveries About Human Sexuality» (1982).
El punto G puede tratarse de una estimulación indirecta del clítoris, pero hay que saber que dicha estimulación no causa el mismo efecto en todas las mujeres. Pero veamos primero exactamente, dónde está este famoso el punto G.
En dónde está el punto G de la mujer según expertos
El doctor Gräfenberg describió al punto G como una zona altamente erógena dentro del tercio inferior de la vagina a lo largo de la uretra (cara anterior de la vagina), justo donde se origina el cuello de la vejiga. Para dar una mayor precisión podría decirse que se encuentra en la pared anterior de la vagina, entre 2,5 y 7,5 cm dentro de la entrada vaginal.
Al tacto, esta zona del tamaño aproximado de una moneda de 25 centavos, se palpa algo más rugosa. Al ser estimulada directamente se ingurgita, es decir, aumenta de tamaño. De esta manera, este tejido «eréctil» se vuelve localizable al tacto, en similitud a los cuerpos cavernosos del pene en el hombre.
Sin embargo, esta zona rugosa descripta por el doctor Grafenberg no se palpa tan fácilmente en todas las mujeres. Según estudios recientes, la ubicación del punto G puede variar entre las mujeres y puede ser difícil de encontrar. Y esto contribuye a la incertidumbre y la controversia sobre su existencia y su papel en el placer sexual.
Tal como explican desde el sitio atida: “Una forma cómoda de encontrarlo no es durante una relación íntima, pues es más fácil hacerlo durante una autoexploración. Y, para ello, debes estar relajada. Es posible que durante la exploración no encuentres satisfacción, algo que es normal. No todas las personas sienten placer del mismo modo. Eso sí, al tomarte un tiempo para averiguar tus preferencias podrás guiar a tu pareja sobre cómo disfrutar más en vuestros encuentros”.
En muchos casos también sucede que la mujer puede no estar muy excitada o no haber estimulado correctamente el punto G, por lo que, al no tener sensaciones de placer, crea que no lo tiene. Sin excitación previa, el punto G puede no ser tan prominente ni tan sensible al tacto, lo que puede hacer que sea más difícil de encontrar y estimular. Tener en cuenta que cuando una mujer está excitada, el área alrededor del punto G puede volverse más sensible y más fácil de localizar debido a este aumento en la hinchazón y la lubricación.
La forma más común y efectiva de acceder al punto G es utilizando uno o dos dedos en forma de gancho. Aquí, un paso a paso sencillo para quienes quieran comenzar a explorar esta zona. Recordar que siempre se debe ir poco a poco y que la autoexploración es esencial para conocerse a uno mismo y descubrir qué cosas nos dan placer. El otro punto crucial será la comunicación de pareja.
- Preparación y excitación. Es importante que la mujer esté relajada y excitada. El juego previo y la estimulación de otras zonas erógenas pueden ayudar a aumentar la sensibilidad del punto G.
- Lubricación. Utilizar suficiente lubricante para facilitar la entrada de los dedos y evitar cualquier incomodidad.
- Inserción de los dedos. Introducir uno o dos dedos (generalmente el índice y el medio) en la vagina, con la palma hacia arriba (las yemas mirando hacia arriba).
- Movimiento en forma de gancho. Doblar suavemente los dedos en una forma de gancho, de manera que la yema de los dedos se dirija hacia la pared anterior de la vagina (la parte frontal del cuerpo).
- Exploración y estimulación. Desplazar los dedos hacia arriba y hacia adentro, buscando una zona rugosa o esponjosa en la pared vaginal. Esta área es donde se encuentra el punto G. Una vez localizado, se puede aplicar presión suave y con movimientos de «ven aquí» (hacia adelante y hacia atrás) para estimular el punto G.
- Comunicación. Es crucial mantener una comunicación abierta con la pareja durante todo el proceso. Cada mujer es diferente, por lo que ajustar la presión, la velocidad y el ángulo de los movimientos según su respuesta mejorará la experiencia.
Recordar que la experiencia y la sensibilidad pueden variar, y lo más importante es asegurarse de que la mujer se sienta cómoda y disfrute del proceso.
La Mayo Clinic destaca que, independientemente de la existencia o no del punto G, la comunicación y la experimentación son claves para una vida sexual satisfactoria. Además, subraya que la respuesta sexual femenina es compleja y varía ampliamente entre mujeres, por lo que no hay una «receta» universal para encontrar o estimular el punto G.
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