Se acerca la temporada de verano y, de la mano de los días agradables que empezó a dispensar la primavera, el destino final de un viaje para descansar y recrearse en familia parece estar más cerca.
Uno de esos destinos soñados de manera más recurrente es Bariloche, rodeada de paisajes de cuento en el que no faltan bosques, montañas nevadas, ríos y lagos cristalinos.
Los que se inclinan por transitar en vehículo la distancia de casi 1.570 kilómetros desde la ciudad de Buenos Aires hasta Bariloche cuentan en este informe con tres opciones, que combinan distintas rutas.
Para decidirse a elegir alguna de ellas conviene tener en cuenta algunas advertencias sobre el estado de la red vial, los atractivos a tener en cuenta y los servicios disponibles en el camino.
Opción 1: por el sur bonaerense y el Alto Valle de Río Negro
Es el recorrido más transitado por los automovilistas, de 1.586 kilómetros de punta a punta. El eje Riccheri-Autopista a Cañuelas-ruta 3 seguido por las rutas 22, 237 y 40 atraviesa la zona rural de la pampa húmeda, un paisaje uniforme que solo altera levemente la serranía cercana a Azul y Olavarría.
En ese primer tramo por la provincia de Buenos Aires, si bien la calzada se presenta, en líneas generales, en buen estado, hay que tener muy en cuenta que la doble vía se extiende en los primeros 115 kilómetros. Desde San Miguel del Monte, la ruta 3 retoma su original formato angosto de un carril por mano, con abundante tránsito de camiones, micros y autos.
Vialidad Nacional advierte sobre la importancia de circular con precaución especialmente desde Azul hasta Bahía Blanca. En esa zona, un desvío por las rutas 51 y 76 sugiere una escala imperdible en Sierra de la Ventana.
Más al sur, a 32 kilómetros al oeste de Bahía Blanca, la ruta 22 retoma el trayecto de la ruta 3 en dirección a la Cordillera. Cerca de allí, en Médanos, donde se mantiene en pie una sinagoga levantada en 1915, se puede recabar la historia de los colonos judíos afincados a principios del siglo XX. Además, las Termas de Villarino brindan un rato placentero con sus seis piletas cubiertas y un lago termal.
Desde aquí, poco antes del cruce de la línea limítrofe entre las provincias de Buenos Aires y La Pampa, arranca un tramo de 130 kilómetros hasta La Adela (La Pampa) y Río Colorado (Río Negro). Es la primera de una larga secuencia de rectas bastante desoladas de la estepa patagónica, antes de alcanzar los prósperos oasis del Alto Valle.
Por lo tanto, es muy importante considerar la carga suficiente para los autos impulsados a gas. Si bien la provincia de Buenos Aires ofrece estaciones de GNC en Cañuelas, San Miguel del Monte, Las Flores, Azul, Tres Arroyos, Coronel Dorrego, Punta Alta, Bahías Blanca, Pedro Luro y Viedma, el combustible empieza aescasear en el Sur.
Río Negro cuenta con provisión de gas natural en Choele Choel, Villa Regina, General Roca, Cipolletti y Bariloche, mientras que en Neuquén sólo hay en la capital provincial.
En algún momento del viaje puede resultar necesaria la conversión del sistema de gas al naftero, ya que en todo el itinerario funcionan estaciones de expendio de nafta y gasoil en buen número, además del dato clave de que un tanque completo de gas con capacidad de 80 litros tiene una autonomía de unos 200 kilómetros, a razón de un consumo de un metro cúbico cada 13 a 15 kilómetros.
Otras precauciones por parte de los conductores requiere la zona de obra por el ensanche del la ruta 22, en los 65 kilómetros que separan General Roca de Cipolletti, con desvíos de ripio y tierra por la banquina. Por ahora, la doble vía ya está concretada en 19 kilómetros de Mainqué a Cervantes, 20 kilómetros entre Chinchinales y Godoy (Río Negro) y 43 kilómetros desde Neuquén capital hasta Arroyito.
La seguidilla de semáforos y el flujo intenso de tránsito cerca de la ciudad de Neuquén puede ser evitada transitando los bulevares 25 de Mayo y 9 de Julio, para retomar la ruta 22 ya fuera del casco urbano de la capital, por el nuevo Camino de Circunvalación.
Más allá, rumbo a Arroyito -donde el trayecto continúa por la ruta 237 hasta Dina Huapi y luego la ruta 40 hasta Bariloche-, hay que estar muy atentos a los eventuales cruces de animales sueltos y a las largas rectas alternadas con curvas, trepadas y abruptos descensos. Desde Arroyito hasta el empalme con la ruta 40, también hay que estar atentos a eventuales derrumbes desde los cerros cercanos, que suelen depositar rocas, piedras y tierra en la banquina.
Las paradas posibles podrían establecerse en Río Colorado (destino de trekking sobre las bardas de la meseta, chacras frutihortícolas, bodegas y viñedos), Choele Choel (la “Capital provincial del folclore” y, a 29 km al sur, el “pueblo jardín” Pomiona), el Museo de la Sidra y el Vino de Villa Regina, las bodegas de vino y sidra, más visitas a tres museos y al Área Natural Protegida Paso Córdoba en General Roca, chacras en Cipolletti, el Museo Nacional de Bellas Artes, además del Observatorio Astronómico y la franja de 14 kilómetros de la costa del río Limay en Neuquén capital.
Otro atractivo que no debería pasarse por alto, en el kilómetro 1235 de la ruta 22, es El Anfiteatro, cuyos enormes cañadones colorados y fósiles de dinosaurios revelan formaciones naturales del Cretácico Superior. Tampoco conviene soslayar la represa hidroeléctica y el Museo Paleontológico Ernesto Bachmann en El Chocón, las opciones de ecoturismo en Piedra del Águila ni el encantador paisaje de bosque, río y montaña de Confluencia, donde se unen los ríos Limay y Traful, la espectacular puerta de entrada al Valle Encantado.
Opción 2: por la ruta 5 y La Pampa
La mayor ventaja de este recorrido de 1.588 kilómetros reside en la posibilidad de evitar las zonas más congestionadas de la salida por la ruta 3 -especialmente en los alrededores de Tres Arroyos y Bahía Blanca- y en la región de producción frutihortícola del Alto Valle del Río Negro.
En este caso, desde la ciudad de Buenos Aires hay que transitar el Acceso Oeste y, antes de llegar a Luján, desviar hacia la izquierda por la ruta 5, cuyo tramo de autovía por mano se extiende por 30 kilómetros hasta Mercedes. Siguen otros 500 kilómetros de camino angosto (un carril por mano) hasta Santa Rosa. Desde la capital de La Pampa, el viaje a Bariloche sigue por las rutas 35 y 152.
A partir del paraje El Carancho se puede elegir entre continuar por la ruta 152 hasta la Reserva Natural Casa de Piedra y la ruta 6 para alcanzar la ruta 22 en General Roca o transitar desde Chacharramendi la ruta 20, que apunta hacia el sur -vía Catriel- por la ruta 151, que desemboca en Cipolletti. En los dos casos se trata de largos tramos desérticos y sin servicios, más prolongado (unos 200 kilómetros) aunque poco transitado por la ruta 20.
Mientras la ruta 5 cuenta con estaciones de GNC en Mercedes, Suipacha, Chivilcoy, Alberti, Bragado, Nueve de Julio, Pehuajó y Trenque Lauquen, en La Pampa, sólo Santa Rosa dispone de ese servicio.
En cuanto a los puntos críticos del camino, las mayores precauciones que demanda la ruta 152 en La Pampa se sitúan en en una obra de Travesía Urbana y varios sectores con huellas entre General Acha y el empalme con la ruta 35 (en Padre Buodo), calzada deteriorada entre Acha y Caranchos y la presencia de fauna autóctona suelta en la zona del Parque Nacional Lihué Calel. Además extremar los cuidados sobre la calzada deteriorada en el último tramo de La Pampa a Cipolletti, donde el flujo de autómoviles crece notoriamente.
Los puntos turísticos más interesantes de este itinerario son el polo gastronómico de Tomás Jofré (en el partido de Mercedes), el circuito de los tambos lecheros de Suipacha, los antiguos talleres ferroviarios de Mechita (cerca de Bragado) y, en La Pampa, el castillo y la colonia de ciervos de la Reserva Provincial Parque Luro, el Parque Nacional Lihué Calel y la villa turística del oasis formado alrededor del dique Casa de Piedra.
Opción 3: por la Meseta de Somuncurá, en el sur de Río Negro
El viaje a Bariloche a través de la Meseta de Somuncurá implica recorrer un total de 1.700 kilómetros, es decir, unos cien kilómetros más que las dos opciones anteriores.
Sin embargo, se trata de una gratificante aventura por una región muy poco explorada, una sucesión de postales sorprendentes a lo largo de los 605 kilómetros que completa la ruta 23 desde la Costa Atlántica -a la altura de Las Grutas- hasta Dina Huapi, donde está ubicado el aeropuerto de Bariloche.
Para llegar hasta el kilómetro 0 de este camino recientemente pavimentado en casi toda su traza (550 kilómetros) es necesario transitar unos 1.050 kilómetros por Riccheri, la Autopista Ezeiza-Cañuelas y la ruta 3.
Los sectores de ripio aún en obra de la ruta 23 (restan completar solo 41 kilómetros) aparecen en la parte final, en los tramos de 25 kilómetros entre Clemente Onelli y Comallo, 10 kilómetros en Pilcaniyeu y otros 6 kilómetros antes de alcanzar el cruce con la ruta 40.
En esos puntos suele haber ripio suelto sobre la calzada o en desvíos paralelos, piedras y pozos en al subida a San Ramón y entre el paraje La Fragua y la salida del Invap. Un informe de este año de Vialidad Rionegrina advierte sobre el tramo aún enripiado desde la sierra de Pailemán hasta los arroyos Los Berros y Ventana, una zona “transitable con precaución”.
En el resto de la ruta 23, el pavimento luce algunas ondulaciones desde el punto de partida hasta Valcheta, un desvío a la altura del arroyo Nahuel (en el kilómetro 115, entre Valcheta y Ramos Mexía) y marcas de deterioro y falta de señalización horizontal desde Los Menucos hasta Ingeniero Jacobacci.
En Ingeniero Jacobacci, una flamante dársena central reordenó la entrada al pueblo, con muy buena señalización aunque sin semáforo ni cruce peatonal, por lo cual es muy atinado respetar la indicación de velocidad máxima de 60 kilómetros por hora.
A partir de ahí, en dirección a Onelli, se multiplican las curvas cerradas, algunos “serruchos” en la calzada y eventuales ráfagas de viento. En toda la traza de la ruta 23 no hay servicio de GNC. La última en el camino está ubicada en Viedma y la siguiente, 824 kilómetros más adelante, en Bariloche. En cambio, los automoviles que cargan nafta o gasoil cuentan con estaciones en Valcheta, Ramos Mexía, Sierra Colorada, Los Menucos, Maquinchao, Jacobacci y Comallo.
Para que este viaje se transforme en un agradable paseo conviene tener presente que la mayor parte de las localidades y parajes de la “Línea sur” conserva sitios y tradiciones de las culturas originarias y de los inmigrantes europeos. La plaza Lino de Roa, de Valcheta, exhibe murales y esculturas de madera que reflejan usos y costumbres de la región.
Este pueblo ubicado en el kilómetro 77 también cuenta con un bosque petrificado, una antigua estación de tren, el Museo Provincial de Paleontologías, Arqueología, Botánica y Geología y el taller de tejedoras artesanas en telar mapuche Sofía Huanca.
Hacia el otro extremo de la ruta 23, en el kilómetro 413, Ingeniero Jacobacci es el punto de partida del histórico tren La Trochita (recorre 43 km hasta Ojo de Agua). Además se pueden visitar los talleres ferroviarios, un centenario almacén de ramos generales, dos museos y el Centro Recreativo y Parque Geopaleontológico.
En los pueblos intermedios se organizan salidas de trekking y cabalgatas por los cerros de la meseta, visitas a comunidades mapuches y tehuelches y excursiones ecoturísticas.
Dónde informarse
- Provincia de Buenos Aires. (0221) 429-5639/5711 / comunicación.turismopba@gmail.com / www.buenosaires.tur.ar / Facebook: Buenos Aires Turismo.
- La Pampa. (02954) 424-404/405-060 / (02954) 15299843 / infoturismo@lapampa.gob.ar / www.turismo.lapampa.gob.ar / Facebook: Turismo La Pampa.
- Río Negro. (02920) 422-150/424-615 / informesturisticosrionegro@gmail.com / www.turismo.rionegro.gov.ar / Facebook: Río Negro Turismo.
- Neuquén. (0299) 449-5183/7702 / (0299) 155556435 / turismo@neuquen.gov.ar / www.turismo.neuquen.gob.ar / Facebook: Sitio Oficial de Turismo de Neuquén.
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