9 de diciembre de 2024

un día en la capital más joven de Europa


El Danubio, que tiene la mala costumbre de dividir a las ciudades que recorre casi al medio, justo se abre camino en un desfiladero en los Cárpatos, apenas a unos kilómetros de un cruce de fronteras clave: Eslovaquia, Austria y Hungría.

En esa hendidura se afincó la hoy Bratislava, localizada en el extremo sudeste de Eslovaquia. Una capital que balconea al célebre río, con antecedentes del Imperio Austro-Húngaro, un centro histórico que incluye un castillo y un área totalmente moderna, que el propio Danubio dejó en la margen sur. La separan apenas 56 kilómetros de Viena, 200 de Budapest y algo más de 300 de Praga.

Más allá de la juventud de su política configuración actual, producto de su separación de la hoy Chequia (por entonces Checoslovaquia) en 1993, los antecedentes arqueológicos confirman que su ocupación data de la prehistoria, aunque más tarde estuvo bajo dominio celta y romano.

Panorámica del Castillo de Bratislava, a orillas del Danubiio. Foto ShutterstockPanorámica del Castillo de Bratislava, a orillas del Danubiio. Foto Shutterstock

Finalmente, en el siglo VIII, fue habitada por eslavos. Y bajo el control de los turcos, fue la capital húngara desde 1526 hasta 1784.

Del castillo al puente Ovni

Su emblema arquitectónico es el enorme castillo montado sobre la colina que permite ver todo en derredor y que fue residencia de la familia real austríaca hasta que un incendio acabó con él en 1811. Ahora restaurado (tarea que se finalizó recién en 1968), es uno de los mayores atractivos de esta ciudad a escala humana, con habitantes serenos y amigables, que transitan las calles con la calma del turista.

El Puente Nuevo, también conocido como " puente Ovni", con plataforma de observación y restaurante. Foto ShuttestockEl Puente Nuevo, también conocido como » puente Ovni», con plataforma de observación y restaurante. Foto Shuttestock

El mejor sitio para comenzar el recorrido es el casco antiguo. Aunque en la época comunista se destruyeron muchas regiones de Eslovaquia después de la Segunda Guerra Mundial, este centro ha permanecido casi sin cambios. Esa perspectiva se percibe sencillamente cuando se circula, por supuesto, a pie.

Allí, donde el Castillo de Bratislava se encarama sobre una colina, se puede circular por las pequeñas pendientes laterales, con diferentes circuitos que los locales utilizan a modo de parque. Es común ver a los niños subiendo y bajando los peldaños de los senderos. Por detrás, las casas construidas en las tierras que pertenecieron a la plebe, hoy lindan con la calle que rodea la muralla.

La primera mención del castillo en un escrito data del año 907. Hoy, en él se encuentra el Museo Nacional Eslovaco y la residencia oficial del presidente.

La céntrica plaza Hlavne Namaastie, en el casco antiguo. Foto ShutterstockLa céntrica plaza Hlavne Namaastie, en el casco antiguo. Foto Shutterstock

Las vistas desde su explanada son fantásticas; la proyección desde allí permite obtener una visión casi completa del casco antiguo y una ventana despejada hacia el área más moderna de la ciudad, incluido su puente Ovni, también conocido como Nuevo o Most SNP.

Además de lo fotogénico de las imágenes, en el puente se encuentra una plataforma de observación y el restaurante UFO, que además de buena gastronomía (no te pierdas la opción de pato confitado con pastrami y madeira, o las bolsas de queso de postre), ofrece una vista increíble de tres países: Hungría, Austria y Eslovaquia.

Cúpulas y vistas

A unos 15 minutos de caminata se encuentra otro edificio emblemático de la ciudad: la iglesia azul, en la calle Bezruova. Originalmente construida como templo de un campus una escuela secundaria, está dedicada a Santa Isabel de Hungría.

Vista aérea de la Catedral de San Martín. Foto Shutterstock.Vista aérea de la Catedral de San Martín. Foto Shutterstock.

Los horarios de apertura son erráticos, pero el ingreso está franqueado por una puerta que permite ver el interior. La cruz doble bizantina que corona su torre hoy forma parte del escudo nacional de Eslovaquia.

La Catedral de San Martín, en tanto, es una perfecta expresión gótica. Su campanario (que se puede visitar) es el más alto de la ciudad, y su tañir se escucha cada hora. El arte interior incluye frescos y mosaicos que datan de los siglos XVI y XVII. Entre sus reliquias se exhibe la corona del rey Ladislao I de Eslovaquia. Allí, además, se coronaron once reyes y ocho reinas húngaras.

La Puerta de Miguel es la única que se ha conservado de las fortificaciones medievales. Fue construida en el año 1300. Hoy se pueden apreciar superposiciones barrocas. En su cúpula se encuentra la Exposición de Armas del Museo de la Ciudad de Bratislava.

El centro es ideal para caminarlo; los locales llevan el ritmo tranquilo de los turistas. Foto ShutterstockEl centro es ideal para caminarlo; los locales llevan el ritmo tranquilo de los turistas. Foto Shutterstock

Afuera, sobre la calle misma que contiene la torre, se encuentra la zona más trendy de la parte histórica. Se suceden los locales de marcas de lujo internacionales y está repleta de bares y restaurantes donde disfrutar la cocina local. Los platos imperdibles (muy amigables para el paladar argentino) incluyen ñoquis de queso de oveja, sopa de repollo, rollo de Bratislava (hojaldre de semillas de amapola) y queso frito.

La foto que todos los visitantes se llevan se toma en la esquina de las calles Panská y Laurinská, donde se sitúa una estatua que representa a Čumil, el hombre en el trabajo. Existen debates respecto de su significado. Algunos indican que se está tomando un descanso de su faena, otros sugieren que está espiando bajo las faldas de las damas.

La tradición indica que se debe frotar su cabeza y pedir tres deseos. Pero ¡cuidado! Rascarse luego puede producir un embarazo.

En Bratislava hay muchos bares y restaurantes donde disfrutar de sabores eslavos. Foto ShutterstockEn Bratislava hay muchos bares y restaurantes donde disfrutar de sabores eslavos. Foto Shutterstock

El Old Market Hall alberga un mercado de agricultores en un edificio histórico que data de 1910. El lugar ofrece mercados de alimentos y eventos culturales. Los mercados de alimentos tienen lugar todos los sábados, de 10 a 15. Una noche al mes se produce un encuentro de food trucks, el momento y lugar ideales para la vida social.



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