Ir a Etiopía es realmente un viaje en el tiempo. Y no estamos hablando sobre avances tecnológicos o tradiciones milenarias, sino estrictamente a lo que dicta el calendario, porque este país de África está oficialmente transcurriendo el año 2016.
¿Por qué están ocho años atrasados respecto del resto del mundo? Para tener la respuesta hay que remontarse a varios años atrás.
Mientras la mayoría de los países adoptó el calendario gregoriano, introducido por el Papa Gregorio XIII en 1582, la Iglesia Ortodoxa Etíope decidió mantener su propio cálculo del año de nacimiento de Jesucristo, que difiere del cálculo romano.
Cómo es el calendario en Etiopía
El calendario etíope tiene muchas similitudes con el calendario de la Iglesia copta ortodoxa de Alejandría, una iglesia cristiana con sede en Egipto. Sigue un sistema solar-lunar.
A diferencia del gregoriano, que divide al año en 12 meses, el que usan en Etiopía tiene 13 meses: 12 de 30 días y el último, de sólo cinco días, o seis en un año bisiesto.
El Año Nuevo, o Enkutatash, que se traduce como “regalo de joyas” en el idioma semítico etíope amárico, no se celebra el 1 de enero, sino el 11 de septiembre o el 12 de septiembre durante un año bisiesto. Esta fecha marca el fin de la temporada de lluvia
Durante esta época, las calles y jardines están repletos de Adey Abeba, una flor autóctona que es el símbolo del Año Nuevo etíope.
Esta no es la única diferencia.
Los etíopes fraccionan las horas del día de otra forma. El sistema horario no se divide en 24 horas, sino en 12 horas. Va desde el amanecer hasta el anochecer, y comienza a la 1 a.m. Lo que la mayoría de las personas consideraría como las 7, los etíopes lo clasificarían como la 1.
Esto puede causar grandes confusiones entre viajeros que reservan excursiones o que quieren saber a qué hora abre algún atractivo. Por eso, algunas empresas suelen mencionar los horarios en ambos sistemas.
Qué visitar en Etiopía
Este país, el segundo más poblado del continente y ubicado en el Cuerno de África, se caracteriza por contar con diversos ecosistemas, que van desde montañas hasta áridos desiertos.
- Addis Ababa, la capital del país, ofrece mercados, museos y una gran oferta de restaurantes con comida tradicional. A esta ciudad cosmopolita se puede llegar desde Buenos Aires, con Ethiopian Airlines.
- Otra de los puntos turísticos es Lalibela, lugar donde se encuentran las impresionantes iglesias excavadas de piedra que datan del siglo XII. Los visitantes pueden adentrarse en los túneles y cámaras que conectan a estas construcciones que fueron declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
- En Aksum también hay un gran legado histórico. Esta ciudad fue la capital del Imperio Aksumita y un centro de comercio. Hay obeliscos, tumbas antiguas y las ruinas de los palacios reales.
- Los más aventureros, no se pueden perder la oportunidad de hacer un trekking por las montañas Simien, tener contacto con especies endémicas como el babuino gelada y el lobo etíope y disfrutar de paisajes escarpados.
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