3 de mayo de 2024

el reloj cucú más grande, la torta famosa y pueblos encantadores de Alemania


Probar una porción de la famosa torta Selva Negra, conocer el reloj cucú más grande del mundo o hacer trekking entre montañas y pinos que se reflejan en lagos impactantes.

Si hay un destino en Alemania donde se pueden experimentar las tradiciones locales y disfrutar de la naturaleza, la región indicada es la Selva Negra, en el sudoeste del país europeo.

Con una gran densidad forestal en el estado de Baden-Württemberg, en el límite con Francia y Suiza se destacan la Selva Negra del Norte y la Alta Selva Negra en el sur.

Visitantes de todo el mundo recorren cada año los pueblos de montaña de la Selva Negra o Schwarzwald: en alemán, la palabra Schwarz quiere decir “negro” y Wald se traduce como selva pero significa “bosque”.

Ello hace referencia a los miles de abetos que parecen una masa oscura y compacta desde lejos y que, ya en los tiempos del Imperio romano, intimidaban y dificultaban el paso. En cambio, estos densos bosques hoy son una oportunidad para hacer caminatas y navegar en los espejos de agua en los meses más cálidos.

Los poblados de la Selva Negra entre los pinos y los valles. Foto ShutterstockLos poblados de la Selva Negra entre los pinos y los valles. Foto Shutterstock

Mientras cerca de la ciudad de Friburgo (en alemán, Freiberg) está el pico Feldberg (es el más alto, con 1493 metros), hacia el sur se encuentra el lago Titisee junto al pueblo turístico Titisee-Neustadt.

La extensa zona protegida del Parque Nacional de la Selva Negra cautiva con su belleza. Se trata de 10.000 hectáreas, con montañas que rondan los mil metros de alto, ofreciendo magníficos paisajes: hay tours que ponen el acento en la información sobre el bosque y sus habitantes, y hay propuestas más activas (trekking, ciclismo, rafting).

En la Selva Negra hay fábricas de relojes cucú. Foto ShutterstockEn la Selva Negra hay fábricas de relojes cucú. Foto Shutterstock

Además, la Selva Negra es conocida por centros termales como Baden-Baden, las Vogtsbauernhof (típicas casas de los campesinos, con paredes de madera y techos empinados con un faldón característico) el Schinken (el jamón de la región), el Kirschwasser (licor de cereza), las producciones de vidrio soplado, el Schwarzwaldwichtel (especie de duende del bosque) y las casitas del tiempo, con termómetro e hidrómetro.

Pero sin dudas la torta Selva Negra y los relojes cucú son los productos más emblemáticos.

Todas las casas y negocios de la zona tienen un cucú en la pared. Se trata de una costumbre que se remonta al siglo XVIII, cuando esos relojes se producían en talleres pequeños del sudoeste de Alemania.

La torta Selva Negra es el postre típico de la región homónima alemana. Foto ShutterstockLa torta Selva Negra es el postre típico de la región homónima alemana. Foto Shutterstock

Por eso, al tratarse de una tradición arraigada en el interior del país, los circuitos turísticos suelen incluir una visita a alguna fábrica artesanal relojera: se venden piezas únicas y se explica el funcionamiento mecánico con las cadenas, el péndulo y los contrapesos con forma de piñas.

Dentro de la gastronomía sabrosa y calórica de la región se destaca la torta Selva Negra, conocida en todo el mundo, y que consiste en un bizcochuelo de chocolate, cerezas, Schnapps “cherry”, mermelada, crema y chocolate rallado.

Baden-Baden, “capital del verano”

Una ciudad balneario. Este destino turístico funciona como un gran balneario, justo al este del valle del Rin y en la frontera de Alemania con Francia.

La ciudad de Baden-Baden fue fundada hace 2000 años por los romanos en el lugar de un antiguo asentamiento celta, pero desde el siglo XIX se convirtió en la “capital de verano de Europa” por ser una de las principales estaciones termales del continente.

La ciudad balneario Baden-Baden, en la Selva Negra. Foto ShutterstockLa ciudad balneario Baden-Baden, en la Selva Negra. Foto Shutterstock

Distinguida como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, Baden-Baden fue nombrada “Citavis Aurelia Aquensis” en honor a Aurelius Severus y las aguas termales.

Desde el siglo II, las guarniciones romanas utilizaron las aguas curativas, especialmente para las heridas de guerra. Pero los baños también eran un importante lugar para relajarse y socializar, y se construyeron baños de lujo para emperadores, soldados y caballos.

Uno de los imperdibles es el Friedrichsbad, una famosa casa que desde 1877 ofrece una experiencia única con su variedad de baños fríos y calientes, salas de vapor y áreas de relajación. Otra opción popular es Caracalla Therme, con sus numerosas piscinas cubiertas y al aire libre e instalaciones de spa.

Friedrichsbad, la famosa casa de baños de 1877 en  Baden-Baden. Foto ShutterstockFriedrichsbad, la famosa casa de baños de 1877 en Baden-Baden. Foto Shutterstock

Sin embargo, Baden-Baden también representa una buena opción para quienes buscan una base para explorar el norte de la región.

Baden-Baden se encuentra en el noroeste de la Selva Negra y puede presumir de tener el aeropuerto a sólo 12 km, al que llegan sobre todo vuelos de compañías low cost, mientras el aeropuerto internacional más cercano es el de Stuttgart.

En cuanto a la conexión ferroviaria, hay trenes que unen Basilea y Karlsruhe, Schwarzwaldbahn y los Bosques Negros, Triberg y Donaueschingen. Y los que van en auto recorren la autopista A5 por el valle del Rin y la pintoresca Schwarzwaldhochstrasse (la “carretera de la Selva Negra”) hasta Freudenstadt.

En la ciudad también se respira cultura: el Festspielhaus Baden-Baden es uno de los teatros de ópera más grandes de Europa y hay prestigiosos museos de arte. Pero la naturaleza no se queda atrás: sus parques y jardines son una alternativa tranquila para pasar el día.

Calw, la cuna de Hesse

En el valle de Nagold, Calw tiene un centro histórico con varias calles peatonales, y es de fácil acceso en auto y en tren.

El escritor Hermann Hesse nació en Calw, en la Selva Negra alemana. Foto ShutterstockEl escritor Hermann Hesse nació en Calw, en la Selva Negra alemana. Foto Shutterstock

Precisamente, el casco antiguo de Calw se destaca por sus casas tradicionales con entramado de madera conocidas como Deutsche Fachwerkstrasse, por lo que forma parte de una ruta que va uniendo ciudades históricas.

Además, Calw está muy ligada al escritor alemán y premio Nobel Hermann Hesse, quien utilizó una versión ficticia de la ciudad en algunas de sus obras y a menudo escribía sobre su infancia en el valle de Nagold.

Por eso, “la ciudad de Hermann Hesse” tiene su propio museo y una estatua del autor en el puente Nikolausbrücke.

Los mercados de Freudenstadt

El mercado de la plaza y los días soleados. El centro de Freudenstadt alberga muchos lugares de interés, empezando por la gran plaza del mercado, que fue reconstruida luego de la Segunda Guerra Mundial. El lugar alberga arcadas conocidas como Bögele y unas 50 fuentes que fueron creadas para el 400° aniversario de la ciudad.

Las arcadas en torno a la plaza del mercado de Freudenstadt. Foto ShutterstockLas arcadas en torno a la plaza del mercado de Freudenstadt. Foto Shutterstock

En los meses de calor hay mercados dos veces por semana y los visitantes suelen disfrutar de las vistas de Freudenstadt desde la torre del ayuntamiento (en alemán, Rathaus). También se pueden hacer paseos por colinas , como Kienburg o Friedrichsturm.

La historia de Freudenstadt se remonta a fines del siglo XVI, cuando el duque Federico I de Württemberg ordenó a los arquitectos que planificaran una nueva ciudad en la Selva Negra basándose en los principios del Renacimiento.

Pero con su muerte, quedó devastada como otras ciudades alemanas tras las guerras y la peste. Recién en el siglo XIX comenzó a desarrollarse como un destino de bienestar por su clima templado, su récord de sol y su ubicación en el norte.

La pequeña Gengenbach

Las casas típicas y los museos. Gengenbach es una ciudad pequeña que ofrece un circuito a pie autoguiado por el casco antiguo.

El casco antiguo de Gengenbach es ideal para caminar. Foto ShutterstockEl casco antiguo de Gengenbach es ideal para caminar. Foto Shutterstock

Desde lejos, las torres y puertas invitan a recorrer las callecitas que albergan rincones pintorescos en torno de la plaza del mercado.

Aunque la zona estuvo habitada en la época romana, los primeros datos registrados son de la Alta Edad Media.

Ciudad imperial libre desde mediados del siglo XIV, muchos de los edificios más antiguos que aún se pueden ver en el centro son de los siglos XVII y XVIII en un período de auge económico.

Panorámica de Gengenbach, en la Selva Negra. Foto ShuttertockPanorámica de Gengenbach, en la Selva Negra. Foto Shuttertock

Gengenbach se encuentra en el valle inferior de Kinzig,y se benefició por la industrialización regional y las conexiones ferroviarias, aunque el tren terminó con el rafting comercial a lo largo del río (un museo cuenta la historia).

Las casas de madera del centro fueron declaradas como “zona de conservación” a principios del siglo XX, formando parte de la ruta Deutsche Fachwerkstrasse.

La belleza de Schiltach

Junto con Gengenbach, la cautivante Schiltach tiene su centro histórico bajo una orden de conservación: aquí también se destacan las casas con entramado de madera entre callecitas angostas, convirtiendo al pueblo en uno de los destinos más encantadores del circuito.

Los turistas llegan atraídos por las casas medievales, los paseos por el río Kinzig, los museos y el senderismo. Además, permite ver cómo era un asentamiento de la Selva Negra hace siglos.

El río Kinzig atraviesa la bella Schiltach. Foto ShutterstockEl río Kinzig atraviesa la bella Schiltach. Foto Shutterstock

Por su ubicación central, es un buen lugar para hacer base, lo mismo que le pasó durante siglos: beneficiada por su posición en las rutas comerciales que atravesaban la Selva Negra, daba alojamiento y servicios a los viajeros.

Las típicas casas de madera, la iglesia y los alrededores de la plaza del mercado sufrieron incendios y fueron destruidos y reconstruidos en numerosas ocasiones.

A fines del siglo XIX, Schiltach se conectó a la red ferroviaria y, aunque fue una de las causas del descenso del tráfico fluvial, también ayudó a las pequeñas industrias.

La convocante Triberg

Las cascadas y el reloj cucú más grande. Con esa carta de presentación, Triberg es uno de los destinos más importantes de la Selva Negra. Ubicado más hacia el sur, si bien hay oferta de alojamiento y restaurantes también hay más turistas y se pierde el encanto de pueblitos como Gengenbach y Schiltach.

Las cascadas de Triberg, famosas en la Selva Negra. Foto ShutterstockLas cascadas de Triberg, famosas en la Selva Negra. Foto Shutterstock

Son famosas las cascadas de Triberg porque forman el salto de agua más alto de Alemania, con una caída total de 163 metros.

El primer sendero oficial para subir allí fue creado a principios del siglo XIX y, con la inauguración del ferrocarril de la Selva Negra comenzaron a llegar más visitantes. Las cataratas fueron inmortalizadas por muchos pintores e ilustradores, mientras en la actualidad hay tres rutas para subir las siete etapas de las cascadas.

Además, los viajeros visitan el Museo de la Selva Negra y “el reloj cucú más grande del mundo”: del tamaño de una casa, se encuentra dentro del centro de fabricación Eble Uhren-Park, donde se explica el mecanismo de los relojes y se venden piezas costosas.

El reloj cucú más grande, en Triberg. Foto ShutterstockEl reloj cucú más grande, en Triberg. Foto Shutterstock

El reloj más fotografiado tiene una longitud de 4,5 metros, su péndulo mide 8 metros y el peso total es de 6 toneladas.

Por Friburgo de Brisgovia

Atravesada por los típicos Bächle (pequeños cursos de agua artificiales) junto a las aceras, Friburgo (en alemán, Freiburg) es una de las ciudades antiguas más bellas de Alemania, y rica en historia y cultura.

La vista de Friburgo, con la llamativa catedral. Foto ShutterstockLa vista de Friburgo, con la llamativa catedral. Foto Shutterstock

Con muchos cafés y pubs, en el casco antiguo se destaca la torre de 116 metros de la famosa catedral, que tardó más de 300 años en ser construida y sobrevivió a los bombardeos de la Segunda Guerra.

La Münsterplatz no solo es la plaza más grande del centro de la ciudad, sino que los mercados se arman casi a diario, a pocos metros de un almacén que data de 1532 -con su fachada roja oscura y coloridas torres en las esquinas- y el Museo de Historia local.

Las viviendas típicas rurales de la Selva Negra en Alemania. Foto ShutterstockLas viviendas típicas rurales de la Selva Negra en Alemania. Foto Shutterstock

Los espacios verdes y parques, los lagos y la cercana montaña Schauinsland están esperando a ser descubiertos por los turistas, mientras un teleférico sube a casi 1300 metros. Como “Ciudad Verde”, Friburgo se convirtió hace tiempo en un modelo de excelencia que es respetado en todo el mundo, algo que se puede comprobar en el barrio sostenible de Vauban.

Antes de partir, Schlossberg es ideal para disfrutar de una bebida en una taberna al aire libre, observando la vista panorámica de 360 grados del valle del Rin desde la torre del castillo.

Titisee-Neustadt y el lago

Es el corazón de la Alta Selva Negra (en alemán, Hochscharzwald). La ciudad Titisee-Neustadt se ubica a orillas del lago Titisee, cerca de la montaña y centro de esquí Feldberg y el desfiladero de Wutach.

Desde el balneario, los paseos embarcados en el lago y los botes de alquiler, hasta las tiendas de souvenirs, los jamones y los relojes cucú, el destino apunta a los turistas que llegan en grandes cantidades durante el verano.

Hacia el sur de Alemania, Titisee-Neustadt se encuentra a la orilla del lago Titisee. Foto ShutterstockHacia el sur de Alemania, Titisee-Neustadt se encuentra a la orilla del lago Titisee. Foto Shutterstock

Estos paisajes del sur integran también a otros lagos -como Feldsee y Schluchsee-, bosques oscuros y cascadas: en invierno se convierten en un manto blanco de pinos y cursos de agua congelados, entre granjas con viviendas de madera, diseminadas en los valles.



Source link

Abrir chat
Somos Feeling Classics!!
¿En qué podemos ayudarte?